sábado, 27 de marzo de 2010

Breve evolucion del concepto de Co-Alcoholismo


Por la década de los años 30 a 40 en USA, [1935] en Ohio, ciudad de Akkron dos significativas personas (alcohólicos ambos) fundaron uno de los mas grandes Grandes Instrumentos Terapéuticos aparecidos en el mundo, El Grupo de Autoayuda Alcohólicos Anónimos (A.A). El proceso que sucedió después de su aparición, se describe de la siguiente manera.

Los alcohólicos eran conducidos generalmente por sus familiares de manera diaria a sus sesiones. Las madres, esposas, y demás familiares, se quedaban dispersos realizando conversaciones informales -primero- y formando un grupo de manera formal a lo que después llamaron: AL-ANON, es decir Grupo de familiares de Alcohólicos.

La participación de los familiares resultó ser con el tiempo co-protagónico en la recuperación del adicto al alcohol al asistir con éste de manera diaria a las sesiones de A.A. Estos solían reunirse en un ambiente contiguo al de los alcohólicos y conversaban acerca de las consecuencias que en ellos estaba trayendo el convivir con un alcohólico y también todos los sacrificios efectuados y los recursos desplegados por sacarlo del cuadro de alcoholismo en el cual se hallaba sumido.

Asimismo dichos familiares intercambiaban durante sus sesiones formales en AL-ANON datos acerca de una sintomatología aguda y profusa que se presentaba en ellos cuando su familiar alcohólico se escapa a beber y reiniciaba su “carrera” alcohólica y no sabían de él, o simplemente, se veían imposibilitados de poder controlar su conducta autodestructiva de la ingesta de licor y las consecuencias que esto contraía.

Síntomas como pilo erección (piel de gallina), cefaleas (dolores de cabeza), insomnio, falta de apetito, desgano, angustia flotante, dolor precordial, hipo o hipertensión, aceleración del pulso, mioalgias, fiebre, diarreas, dificultad respiratoria , llanto incontrolado, depresión, aceleración cardiaca hasta taquicardias paroxísticas y otros síntomas se les presentaban de manera similar a la que manifestaba el familiar alcohólico durante el síndrome de abstinencia al alcohol.

La diferencia era que en los miembros de AL-ANON no habían bebido alcohol ni habían consumido sustancias química alguna que hiciera suponer sus efectos colaterales de dichas sustancias o una intoxicación por ellas. Dichos síntomas y signos iban desapareciendo cuando el familiar alcohólico retornaba a casa y podían en consecuencia restablecer el control sobre su conducta que antes ejercían.

Inicialmente no existía una explicación para esta sintomatología de los familiares de los alcohólicos. Hay que recordar que por este tiempo, el alcoholismo no estaba clasificado aun como una enfermedad sino como UN VICIO, por lo tanto no eran recibidos los alcohólicos en hospitales para tratamiento alguno.


Existían oportunidades en que por un lado la sintomatología del alcohólico y por otro lado las conductas obsesivas del familiar por intentar controlar el impulso del beber alcohol de este y las conductas autodestructivas que este presentaba, dificultaban la recuperación y la abstinencia del alcohólico.

Tiempo después de largos e intensos debates, las Asociaciones Medicas norteamericanas aceptaron al alcoholismo como una ENFERMEDAD y ya no como UN VICIO y hubieron médicos generales que se fueron especializando en el estudio y tratamiento de los alcohólicos. De esta manera es que aparece una nueva rama del conocimiento científico que abordaba este tipo de patología por la cual a los estudiosos del alcoholismo y terapeutas de esta entidad clínica se les denominaron "los “ALCOHOLOGOS”.

Estos profesionales intentaron explicar la sintomatología que vivían los familiares de los alcohólicos cuando estos recaían e ingresaban nuevamente en su “carrera” alcohólica de la siguiente manera

"…el convivir con un alcohólico cualquiera fuera su grado de parentesco hace que en el familiar surja una enfermedad similar a la del alcoholismo sin mediar un gramo de alcohol en su organismo, la cual la [en u n inicio la llamaron "no alcoholismo", para después modificarle el nombre por el de "para-alcoholismo" o simplemente el termino que se utiliza hoy en día: "Co-alcoholismo…".

Hoy en dia se usa indiferenciadamente el termino co-alcoholismo y co-adiccion.

Conducta adictiva a las Maquinas tragamonedas


INTRODUCCION A LA CONDUCTA ADICTIVA.
La nueva conceptualización de las Adicciones considera que se pueden desarrollar conductas adictivas a ciertos instrumentos o aparatos (especialmente los electrónicos). Uno de ellos puede ser las máquinas tragamonedas. Estas generan intensa atracción a los grupos infanto-juveniles y no en pocos adultos.

No obstante en los últimos años con la aparición de numerosos locales para casinos y con videos juegos, se ha podido verificar que las más afectadas vienen siendo las poblaciones femeninas, niños y adolescentes especialmente. Siendo los varones mas afectos a los juegos de apuesta en la carrera de caballos en nuestro medio.

Fase inicial, O «de la aventura» o del «descubrimiento.
Una adicción a las máquinas tragamonedas se inicia mediante un descubrimiento el cual puede ser casual dependiendo si el individuo presenta el Factor Predictivo de Personalidad Adictógena o no.

De no poseer una personalidad adictógena[*] un individuo común y corriente se puede iniciar en el juego con estos aparatos de manera casual permaneciendo estacionario en la modalidad de Jugador Social. Lo más importante en esta fase es la atmósfera social en que desarrolla esta actividad o la compañía que mantiene a su lado mientras realiza el juego.

En ningún momento -salvo extrañas y escasas excepciones- pierde el control sobre la conducta de jugar en la máquina y tampoco se ve afectado económicamente por la inversión que pueda realizar. Las máquinas para este tipo de personas son indiferenciadas, es decir que no son sustantivamente más atractivas unas que otras.

En este tipo de conducta adictiva, rara vez se presenta el descontrol de manera brusca y súbita sino que se ingresa a esta actividad como una aventura y ésta se instala después de haber tenido posiblemente experiencias previas de juego moderado con los caballos, el bingo, la ruleta.

También este tipo de adicto puedo haber tenido antecedentes de haber realizado alguna otra actividad -ajena al juego- que desplegó de manera obsesiva en su pasado y en la cual buscó y se recreó con lo atractivo, intenso o apasionado.

Estos antecedentes que presentó en su pasado en ciertos momentos culminaron en descontrol causándole problemas algo significativos. No es extraño encontrar en ellos también antecedentes de dependencia hacia alguna persona en su niñez u adolescencia; haber desarrollado períodos de ingesta excesiva de dulces, carbohidratos, o comidas recargadas de grasas, o en su defecto micro episodios de abuso de licor o medicamentos tipo ansiolítico, barbitúrico o anfetaminas.

Durante el período inicial de la conducta adictiva a las maquinas tragamonedas, la distribución de su tiempo diario lo efectúa dejando permanentemente espacios para desarrollar el juego con la máquina.

La permanencia en el período inicial es corta, ingresando luego a la fase de descontrol para concluir rápidamente en la presentación definitiva de la conducta adictiva.

La fase de la aventura, del descubrimiento reciente hace que en la persona común y corriente [no adicto y sin predisposición a ello] hace que desaparezcan los problemas que la vida diaria suele contraer.

La presencia y permanencia en los casinos o casas de juego las aprovecha para integrarse o formar un grupo de amistades compatible con sus características psicológicas.
r.v.
[*] Personalidad Adictogena.- Conjunto de factores tanto psicológicos como heredogenéticos que posee un individuo que lo predispone a desarrollar una conducta adictiva o adicción a sustancia química. Lo característico de este tipo de personalidad es que el individuo puede poseer o desarrollar una adicción de manera sucesiva, alterna o simultanea. Esto significaría que si el/ella esta en tratamiento desadictivo puede que extinga la adicción por la cual ingreso a tratamiento y posteriormente o de manera simultanea puede desarrollar una conducta adictiva o adicción a alguna sustancia química de la cual no existe historia en su prevalencia de vida.

Maquina tragamonedas, conducta adictiva Fase 2


FASE DE DESCONTROL, "SEGUIDILLA" O ADICTIVA PROPIAMENTE DICHA.

El estadío del adicto a las maquinas tragamonedas en el período inicial es variable dependiendo de múltiples factores: economía psicológica, recursos económicos, soporte familiar, proxémia a los casinos o casas de juego, programa de actividades diarias personales que previamente tiene contraído, etc.

Pero esta nómina de factores sólo hace más lento y dificultoso o más rápido y fácil el ingreso a la fase de descontrol. Durante la etapa de descontrol la configuración psicológica que ha desarrollado el adicto es compatible con su adicción.

Por lo tanto el afán de continuar jugando pretextando el perseguir la ganancia de dinero es sólo una justificación a la pérdida del control que no desea reconocer.

El concepto que va teniendo hacia acerca de su conducta adictiva a las maquinas tragamonedas, lo va modificando mediante mecanismos psicológicos evasores o justificadores de su conducta y que son recursos propios de cualquier adicto tanto a las adicciones convencionales [drogas] como las no convencionales, que le impiden observar objetivamente la realidad de su enfermedad adictiva.

Esto significa que su estructura mental va modificándose a la par que sus conductas, sentimientos y emociones.

Muchos elementos de su realidad no el atraen lo suficiente como este tipo de actividad. En esta fase de la conducta adictiva son pocas las actividades que le entusiasman, le ataren y desarrolla.

Elabora pensamientos que justifican esta actividad y que “disimulan” la contradicción de que ya ha perdido el control acerca de esta actividad. Esto significa que ya se instalo en su sistema de comportamientos la conducta adictiva a las maquinas tragamonedas.

R.V.

Maquina tragamonedas Fase III Terminal





Conducta adictiva a las maquinas tragamonedas III parte

Fase «terminal», «resolutiva», o de deses-
peracion.

En esta fase se ha instalado definitivamente la conducta adictiva hacia las máquinas tragamonedas. El estar lejos de ellas sin manipularlas ni sentir la sensación del juego, los sonidos de las maquinas, el olor de dichos centros de diversión, etc. le desencadena una sintomatología similar al síndrome de abstinencia que causan las drogas en un adicto a sustancias químicas.

Síntomas que en ellos pueden referir en: dolores de cabeza, decaimiento general, irritabilidad, falta de apetito, pilo erección, sudoraciones profusas en ciertos momentos del día, déficit en la concentración, atención desperdigada, dificultad en la memoria de fijación, cámaras líquidas, [diarreas] falta de interés por actividades productivas, episodios de insomnio, conductas impulsivas, pensamientos reiterativos acerca del juego y sus elementos, etc.

En esta fase «Resolutiva» las deudas contraídas, los desfalcos autorrealizados en su propia economía o hacia las arcas familiares le preocupan sobremanera. El auto imagen que poseía se ha devaluado completamente.

Las posibilidades y alternativas que el proyecta para pagar las deudas contraídas son irreales. Esto lo hace sumir en la impaciencia e incertidumbre por eso a esta fase también se le denomina «Peligrosa desesperación».

Se ha detectado que el pensamiento que presentan en esta fase es defectuoso en el curso o contenido. Por ejemplo al estar conversando un tema neutral, de pronto surge el pensamiento de «...cuanto podría estar ganando de estar jugando en este momento...» o en su defecto su conversación es bruscamente cortada por ideas como «...lástima que no tengo cinco pesos...solamente necesito cinco pesos para jugar un ratito...» para luego al no encontrar eco en su entorno, retornar a la conversación que habían interrumpido siendo lo reiterativo de estas verbalizaciones.

En esta etapa es donde tiene más elaborados y consistentes sus argumentos irracionales que le impiden la reflexión y el tomar conciencia acerca de su estado. El proceso de «tocar fondo» es difícil que en estas circunstancias se presente.

Pensamientos irracionales permanentes al interpretar su realidad y que no son compatibles con ésta es lo que les favorece en el mantenimiento de la conducta adictiva. En estas circunstancias comúnmente se desencadena un deseo irrefrenable a comer de manera descontrolada a fumar y no es extraño que en alguno de este tipo de adictos pueden desarrollar alguna adicción a alguna sustancia química sea legal como ilegal.
Muchos de este tipo de adictos suelen fantasear pensando que existe infidelidad de parte de su pareja. Las celotipias se hacen presentes al igual que sucede en las adicciones al alcohol diferenciándose en el componente orgánico de la disfunción eréctil que suele presentarse en el alcohólico de manera reactiva.

Gran cantidad de los adictos al juego desean de manera soterrada, que su propia pareja cometa faltas, les sea infiel, incumplan en sus obligaciones con los hijos en la administración del hogar, para que ingrese en descrédito ante sus ojos. Esto sucede para que ellos sientan menos culpa o pretender reducir los conflictos y disonancia con ella.

Existen momentos en que la desesperación lo induce a presentar una rumiación suicida es decir pensamientos reiterativos donde la muerte es la única solución a las deudas y descalabro económico que están viviendo.

Pensamientos tales como: «cuando yo me muera entonces vendrán tales o cuales personas a verme...» , «después de muerto todos mis acreedores que me están acosando no recibirán nada, y ya quisiera verles la cara...» etc.

Estos son contenidos con los cuales fantasea. La adicción a las máquinas tragamonedas es una de las adicciones que presenta una mayor complejidad en el tratamiento a los terapeutas dado que no es muy difundida como conducta adictiva. Por otro lado la sociedad suele tipificar este tipo de conducta adictiva como “vicio’ “jugador” “vicioso” y no es consciente en que se trata de una conducta adictiva, requiere tratamiento y existen centros y especialistas para este tipo de adicción.





R. V.

Maquinas Tragamonedas, Conductas adictivas IV Fase


Conductas adictivas a las maquinas tragamonedas
mecanismos psicologicos que permiten su "peoria"
INTODUCCION
Que es lo que sucede en el sistema del pensamiento del adicto a este tipo de aparatos electrónicos, que hace que mantenga sus conductas a pesar de constituirse estas en auto destructivas? Uno de estos mecanismos es la Negación Sistemática.

Mecanismo de la «Negación sistemática».

Existen una serie de mecanismos psicológicos que generalmente ponen en actividad los adictos al juego para reducir la incongruencia entre lo que les está sucediendo y lo que él no acepta, su realidad, su bancarrota, el desasosiego, el fracaso económico..

A esta activación y construcción de elementos ideativos se les denomina «Argumentos reductores de la Disonancia Cognitivo-afectiva.

La «negación sistemática» es uno de estos argumentos mediante la cual el adicto niega que lo que le está sucediendo, se le está escapando de su control, lo esté obsesionando y conduciendo a conflictos con su entorno, o en su defecto ya se le escapo de las manos este tipo de conducta y esta realmente en problemas.

Es típica la conducta de estar a la defensiva, ser reactivo cuando terceras personas tratan su problema o el descontrol que esta viviendo. Verbalizaciones como «es mentira, no he salido a jugar a esa hora sino a otra.», «No es cierto...no he gastado dicha cantidad...» es común en ellos, en otras palabras, suelen cuestionar la forma en que los confrontan pero no el fondo de la confrontación, la realidad de su contenido.

La frecuencia de este tipo de conducta e intensidad con que la realizan y desarrollan hace que ellos en verdad crean lo que están verbalizando, es decir su negación.

Siguiendo esta secuencia [según el teórico A. Ellis, en su ecuación psicológica del ABC], este tipo de ideas le desencadena sentimientos no muy intensos de desesperación, [pues justifica sus conductas adictivas]- y desde luego que le genera una serie de comportamientos que lo alejan del tratamiento desadictivo que necesita y que es evidente ante su entorno pero no ante sus ojos.

Este tipo de adicto como cualquier otro modifica su manera de pensar utilizando una serie de mecanismos psicológicos que le impiden tomar conciencia de su estado adictivo y de la ayuda necesaria.
R.V.

Maquina tragamonedas V Parte



MECANISMOS PSICOLOGICOS QUE PERMITEN CONTINUAR CON LA ADICCION

1.- La “minimización”.

Es el mecanismo psicológico de tipo reactivo mediante el cual el adicto subestima o devalúa los problemas o consecuencias funestas que su conducta adictiva esta generando. Esto le hace ver dicho comportamiento como manejable, sin mucha importancia, minúsculo, irrisorio y que no presenta tanta significancia ni gravedad.

Por lo tanto piensa que no es necesario movilizar a la familia o terceros en busca de ayuda, porque no es necesaria y el solo puede recomponer lo que está causando. Porque minimiza la situación y el debacle en el cual vive. Esto significa para el adicto que no es necesario que tenga que abandonar dicha conducta adictiva.

Algo similar sucede en este tipo de adicto con el dependiente a sustancias químicas por ejemplo si el alcohólico desea beber cerveza, dice «Vamos a tomarnos un parcito...», «Vamos a tomarnos una cervecita para el calor», minimiza la sustancia, y bien sabemos que la palabra es el reflejo de lo que sucede en nuestra mente.

La manera diminutiva y minúscula con que denominan a la sustancia alcohólica les genera «familiaridad», proximidad afectiva y la minimización: inhibición de ver al tóxico en la magnitud y cualidad química que posee.

En el adicto a las máquinas tragamonedas la minimización se presenta en el uso de términos como «Voy a jugar un par de horitas...», o «Voy a echarme unas fichitas...» , «...sólo fueron un par de pesitos que me jugué...»

2.- La Distorsión del enfoque».

Es el mecanismo psicológico mediante el cual el adicto modifica la visión o significado de su adicción, los elementos que en ésta están involucrados, su parafernalia. Así como en el adicto al alcohol el término cerveza puede ser distorsionado con el de «chela», o el beber una caja de cerveza por el de «ponerse un televisor de 12 tubos», o el tomar pisco se convierte en «chilcanito». Asimismo el adicto a las pasta básica de coca el consumo se convierte en «ponerse un clavo» o «romper unos palitos», “ponerse duro”, “pastelearse”, “hablar con pastor”; en el usuario de marihuana su consumo se convierte en «un tronchito», un «huiracocha», un «bate», “un loco”, “un grass”, “una yerbita”, “una natural” y la conducta propia de consumir marihuana se convierte en «lanzar», «malograrse», «manear».

En el adicto a las máquinas tragamonedas la actividad adictiva se convierte en «su trabajo», «un relax», “bajar al barrio», “tomarlo en serio” «hacerse la guita», etc. bajo la justificación que el jugar le está proporcionando un ingreso económico lo cual la mayoría de las veces es falso dado que la inversión en el juego es mayor que el ingreso.

No obstante hay cierta conciencia en algunos de ellos para denominar a los casinos o casas de juego como: el «vicio» «casa maldita», «la perdición», pero con el transcurrir del tiempo en que evoluciona su adicción este término se convierte en una palabra familiar que no les promueve la más mínima reflexión acerca de su comportamiento.

3.- El Autoengaño.
Es el mecanismo psicológico por el cual el adicto a las máquinas tragamonedas se verbaliza argumentos mejor elaborados y construidos a través del tiempo que duró la fase inicial o de aventura y que le urge creer.

Dichos argumentos compatibilizan con su conducta adictiva; pensamientos tales como: «Todo problema tiene solución...», «Mi suerte pronto cambiará», «Todo es cuestión de tiempo...», «...Únicamente lo que necesito es un golpe de suerte...», «Lo que necesito es sólo descansar para reponerme...» que justifican su conducta para no caer en una depresión que se vislumbra por que además su autoestima en estas circunstancias se ve afectada de manera relevante.

En esta fase los pocos e imprevistos momentos de ganancia económica que pueda tener son auto-percibidos de modo sobredimensionado siendo reforzantes de su actividad de continuar jugando ingresando a períodos de fantasías donde diseña o elabora proyectos o planes para su vida o la de su familia basados en el margen de ganancia que en pocos momentos obtuvo, los cuales están fuera de la realidad.

En estas circunstancias desarrollan una taxonomía empírica de las máquinas tragamonedas que frecuenta, en que casinos están ubicados, en que momento del juego puede ser posible que pueda ganar algo del dinero, casinos con máquinas nuevas, las que están en desuso, las más productivas, las marcas industriales, etc.

4.- Argumentos consonantes para la reducción de la Disonancia cognitivo-afectiva.

Los pensamientos que poseía antes de llegar a la fase de desesperación o a la quiebra de su economía, evidentemente eran diferentes a lo que en la actualidad posee. Inicialmente el juego era eso: un pasatiempo, un relax una forma de invertir su tiempo y algo de dinero que lo ubicaban en posibilidad de divertirse o de tener ciertas ganancias económicas sin mucho esfuerzo. Pero ahora el tiempo y la realidad le dice otra cosa y eso le causa conflicto, malestar, frustración: es decir Disonancia-Cognitiva-Afectiva.

Uno de los mecanismos psicológicos que suelen emplear los adictos para reducir o extinguir su conflicto entre la evidente realidad de su adicción y la no aceptación de esta realidad, Festinger L. (1987) se le denomina «Consonancia Cognitivo-Afectiva».

Mediante este mecanismo el adicto al juego emplea una serie de argumentos que vienen a ser la combinación de la realidad con su voluntad de no desear dejar de jugar. Argumentos como «...voy a dedicarme al juego solo un tiempo más y me retiro...», «...que recupere lo que perdí y me retiro inmediatamente...», «...necesito jugar para ganar únicamente lo suficiente y vivir un mes, mientras busco trabajo...», «...no puedo retirarme en la quiebra...», «... no puedo irme siendo un perdedor...», «...Voy a tratar de jugar controlado...», «...voy a trabajar y paralelamente jugar para tener dos ingresos...», «...mis familiares no comprenden que en el juego existen los golpes de suerte que pueden cambiarle a uno la vida...», son sólo algunos de los argumentos que por la continuidad y la necesidad de creerlos se constituyen en una estructura mental difícil de desarticular y modificar cuando ingresan al programa de terapia des-adictiva.

Esta manera de pensar asociada al desconocimiento de parte del usuario de las Adicciones no Convencionales, se confabula para la ruina del adicto a las máquinas tragamonedas. De esta manera, el momento de la diversión y aventura con que inició sus actividades lúdicas en las máquinas tragamonedas ya quedó en el pasado. La fase terminal está próxima; el devastamiento de los mecanismos de autocontrol no sólo ha afectado su conducta de jugar sino que también ha venido afectando a las relaciones con su pareja y entorno. El juego lo ha conducido a la ruina.

5.- Los monólogos y diálogos internos: las auto-verbalizaciones «no/conscientes».

A manera de un estilo literario que James Joice denomina soliloquios o diálogos internos, y que se trasluce a través de su célebre obra «Ulises», este tipo de adicto se auto-verbaliza durante muchos momentos del día una serie de argumentos que refuerzan su conducta del jugar .

Por ejemplo «Tengo que ser más cuidadoso en el juego.», «Cuando juegues, no te desesperes.», «Lo que necesito es un golpe de suerte». Con el transcurrir del tiempo estos monólogos se van haciendo más condensados convirtiéndose en simples palabras pero que encierran un vasto significado que van desde las afirmaciones para continuar jugando, hasta las confabulaciones de fantasía por el juego y su parafernalia.

Por ejemplo, términos como el «recurso», «la ganancia», «la rica guita», son palabras que simbolizan para el adicto mucho, lo cual a veces va asociado a cábala, conductas supersticiosas como antes de levantarse de la cama colocarse ambas medias al revés, el carnet de identidad en el bolsillo izquierdo, usar una determinada media de un color y la otra de otro, usar la ropa interior al revés, son solo unas de la múltiples que en su mente adicta surgen, desarrollan y crecen a manera de una columna de humo en un campamento minero.
R.V.

domingo, 21 de marzo de 2010

CONDUCTA ADICTIVA A LAS RELACIONES COITALES


INTRODUCCION
Podría decirse que -sin ser hegemónicas- existen cierto grupo de adicciones a las Actividades que se presentan con mayor frecuencia en determinado género vgr. en las poblaciones femeninas las adicciones a la limpieza y al gasto son mayoritarias comparativamente con los varones.
En estos últimos las adicciones a las relaciones coitales (mujeriegos) es lo más generalizado, caracterizado por establecer vínculos sexuales de manera simultánea o alterna sin existir preferencia por un modelo especial de mujer, causando perjuicios en su relación de pareja -si la tiene- (Jeffirs, 1985). Podría decirse que este tipo de adicciones es favorecido por los diversos mecanismos culturales de la sociedad, la cual muestra cierta permisividad con la relación extramarital, paralela o alterna del varón.

No obstante, es crítica y punitiva con la conducta sexual informal de la mujer. Una relación de infidelidad en la mujer puede ser decisiva y marcar al hombre de manera irreversible e intensa lo cual puede ser recordado sobre todo en los momentos de embriaguez alcohólica o en sus fases de melancolía, no en vano los boleros cantineros, baladas, y muchos valses peruanos tangos, pasillos, huaynos, yaravíes, etc. se pueden identificar en cuanto a su contenido en tres grandes rubros:

A) Cantar al amor muerto.
B) Cantar al amor no correspondido, y
C) Cantar al amor infiel.

Perfil clínico del adicto a las relaciones coitales.
Este tipo de persona no puede mantener una relación amical armónica y estable con el sexo opuesto por que no ha aprendido a manifestar ni a sentir el sentimiento de amistad heterosexual. Esto significa que ante el inicio de una nueva relación amical con el sexo opuesto, inmediatamente «erotiza» dicha relación promoviendo o proponiendo una relación coital. En este tipo de relación con la ocasional pareja no media afecto alguno y por lo general tampoco intercambio de dinero.

En las familias constituidas por el padre adicto a las relaciones coitales el surgimiento o el descubrimiento de hermanos o hijos dispersos fuera del hogar y en diferente pareja es lo usual.

Cuando este tipo de adicto inicia algún tipo de relación heterosexual con un amigo o amiga, -la cual erotizan de manera pronta- siente euforia (definiendo ésta, como la vivencia de una intensa e irrefrenable alegría), involucrándose en una relación tortuosa, pudiendo abandonar a su familia formal o a su pareja en un determinado momento «de arrebato» y desaparecer de sus vidas.

Transcurrido algún tiempo puede retornar donde la esposa y solicitarle perdón, la cual acepta, para reiniciar otra etapa de su vida de pareja. Es común esta “nueva etapa matrimonial” iniciarla con el embarazo de la esposa y la llegada de un nuevo hijo que es consecuencia de «la reconciliación».

El adicto al sexo (relaciones coitales) generalmente está unido (o casado) con una mujer que ha desarrollado una adicción a las personas mediante un vínculo de pareja y/o a la vez una co-adicción. Ello explica el porqué la caracterizaci0n de este tipo de relacion y la duracion prolongada
con este tipo de adicto.

Existen casos de mujeres que después de haber convivido con un adicto al sexo con quien a la vez desarrollan una co-adicción o una adicción mediante vínculo de pareja, durante más de 10 años y con varios hijos en su haber, deciden separarse.

La explicación suele ser la recanalización de su adicción, orientándola ahora a un familiar próximo o a su propio hijo quien sustituye al esposo. Familiar al cual brinda sobreprotección e intentos de controlarle la conducta o manejarle su vida.

El rol que hasta poco tiempo ejercía con el esposo referente al cuidado excesivo, sacarlo de los problemas en los cuales se involucraba, planificarle su vida, soportarle sus irregularidades y su conducta infiel ahora nuevamente los reproduce con el nuevo sustituto. El hijo de quien suele tornarse adicta la esposa suele ser una persona con ciertos problemas de conducta, o déficits en su comportamiento, como ser irresponsable, significativamente distraído o de manera incipiente estar desarrollando alguna adicción (Jewett, 1982).

El adicto a las relaciones coitales generalmente suele coleccionar material sexo-gráfico (revistas, videos, fotos, o ropa interior de sus ocasionales amantes). En una determinada etapa de su vida la conducta masturbatoria es bastante intensa y frecuente y a veces la alternan en la época de la adultez madura con las relaciones coitales

A este tipo de personajes la comunidad los tipifica de manera doméstica como “mujeriego”[a veces equivocadamente, porque no todo “mujeriego es adicto al sexo”] Y dependiendo de la edad en que estén, si son de edad avanzada la calificación es de «viejos verdes». En la población femenina este mismo comportamiento en la época de la adultez madura o añosa es llamada: «mujeres: rabo verde».

Cierto grupo de adictos a las relaciones coitales pueden presentar hacia su pareja formal marcadas conductas de celotipia con prohibiciones explícitas para las salidas de casa, reuniones sociales o relaciones con el sexo opuesto. Otro grupo se muestran permisivos, laxos en cautelar su relación de manera tal que hasta pueden presentar actitudes que llegan a favorecer el surgimiento de una infidelidad en la pareja, actitud que reduce su disonancia cognitivo-afectiva sintiendo menor culpa o responsabilidad por el sufrimiento y la congoja que su conducta adictiva pueda causarle a ella.

Con el transcurrir del tiempo este tipo de adictos se tornan marcadamente indolentes, invasivos de las relaciones humanas, de conducta expansiva, egoístas, con déficit en la postergación del placer sensorial, hedonistas, con pobres metas altruistas, excesivo cuidado de su persona, pensamientos de contenido erótico permanente, fantasías sexuales persistentes. Referente a su alimentación, predomina en ellos la ingesta de pescado y mariscos bajo la certidumbre que les mantiene y afirma el vigor sexual, este tipo de comidas las alternan con cerveza negra o vino oporto que beben con igual objetivo (Vacca 1996, White, 1996).

Consecuencias.
La actividad sexual intensa, modifica la cantidad y función de los neurotransmisores promoviendo conductas que perjudican su salud, y sistema de comportamientos que los aleja y conflictúa con su familia, amigos, trabajo, etc. logrando en ciertos momentos perder el control sobre sí mismo.

Esta caracterización es progresiva: desde la preocupación excesiva por iniciar o mantener relaciones coitales constantes con mujeres de manera alterna o sucesiva hasta la ritualización de conductas heterosexuales que lo conducen a la desesperación. Si bien es cierto que es mayoritaria la población masculina afectada por esta adicción, no se excluye de ninguna manera al sexo femenino cuyas páginas en la historia de la humanidad presentan elocuentes personajes de florida y profusa sintomatología.
r.v.